LA VERDADERA NAVIDAD

Isaías 9:6-7

6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

LA VERDADERA NAVIDAD

La calle por la que debo pasar de mi trabajo a mi casa estaba intransitable, las personas se veían un poco desesperadas por el tráfico y en el ambiente se percibía mucha ansiedad. Este es el ambiente de compras navideñas, muchas personas andan de aquí para allá corriendo, agitadas, gastando dinero en cosas ya sean necesarias o no.

Hay una cara de estas fiestas que no tiene nada de agradable y esta es la cara de la depresión, de la soledad; el índice de suicidios sube sensiblemente, los accidentes automovilísticos están a la orden del día, niños quemados en los hospitales, etc.

Mi gran pregunta es entonces, de que se trata la navidad? Es acaso una fiesta religiosa generada por la tradición? Celebramos a un viejo gordo y simpático, se exhiben películas en torno a este ser, los niños quieren portarse bien porque este señor vendrá a visitarlos y otras tantas sandeces mas.

Aunque Jesús no nació en Diciembre y menos un 24, creo que es bueno recordar su venida a esta tierra, pero no recordarla como una excusa para despilfarrar dinero, o consumir licor y estrenar ropa, o esperar regalos, es mas bien una ocasión para honrar a Jesús, para agradecer su amor incondicional.

No digo que este mal dar regalos o esperar recibirlos, lo que me parece incorrecto es apartar a Dios de estas fiestas y dar lugar al consumismo, a la depresión, porque estamos centrados en nosotros mismos y es por esa razón que nos sentimos solos; si queremos honrar a Cristo en estas fiestas, obsequiemos algo a aquellos menos afortunados, perdonemos a quienes nos han ofendido y pidamos perdón a quienes hemos ofendido y entonces celebremos con regocijo la venida de nuestro Dios, Señor y Salvador.