NO HAY FRACASO MAS DESASTROSO QUE EL ÉXITO QUE DEJA A DIOS A UN LADO



Alexandr Solzhenitsyn dijo que aprendió a orar en un campo de concentración siberiano porque ya no le quedaba otra esperanza. Antes de su arresto, cuando las cosas iban bien apenas si pensaba alguna vez en Dios.