EL ANCLA

2 Samuel 2:22 Dijo: Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador;
Salmos 61:2 Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo,
Salmos 71:3 Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, Porque tú eres mi roca y mi fortaleza.
Isaías 33:15-16 El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; 16 éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.

EL ANCLA

Un escritor ingles, del siglo pasado, cuenta en una de sus obras que en la playa cerca de su casa, una cosa muy interesante podía ser vista con frecuencia:
Un navío lanzando su ancla en el mar enfurecido.
Difícilmente existe una cosa más interesante o sugestiva que esa.
El navío danza sobre las olas.
Parece estar bajo el poder y a la merced de ellas.
El viento y el agua se combinan para hacer del navío su juguete.
Parece que va a haber destrucción; pues si el casco del navío fuera lanzado sobre las rocas, será despedazado.
Pero observamos que el navío mantiene su posición.
Aunque a primera vista pareciese un juguetito desamparado a merced de los elementos, el navío no es vencido.
Cuál es el secreto de la seguridad de este navío?
Cómo puede resistir las fuerzas de la naturaleza con tanta tranquilidad?
Existe seguridad para el navío en medio de la tempestad porque él está anclado!
La cuerda a la cual él está amarrado no depende de las aguas, ni de cualquier otra cosa que fluctúe dentro de ellas.
Ella las atraviesa y está fijada al fondo sólido del mar.
No importa cuan fuerte el viento sople o cuan altas sean las olas del mar…
Su seguridad depende del ancla que está inmóvil en el fondo del océano.

Te has sentido alguna vez como un barco que va a la deriva?
En esos momentos las emociones toman el control de los pensamientos y se piensa solo en lo negativo, se puede llegar a creer que nuestros planes, sueños y metas son solo quimeras, son solo ideales… Y es que el mar de las emociones suele ser cruel y violento por momentos, de pronto levanta sus olas airadas empujadas por el viento del sin sentido, y sus crestas cubren nuestro futuro intentando ahogarnos.
Es aquí donde debemos tener el Ancla que nos mantiene a flote, que nos mantiene en paz a pesar de que nuestro barco se mueva y sea llevado por las olas.
Pero también puede ser que tu ancla no sea tan estable, pues este construida en base a cosas temporales: un trabajo, un carro, el tipo de ropa que vistes, los lugares que frecuentas o la cuenta de ahorro bancaria…Hay un ancla que es inamovible: esa ancla es Jesús, si tu fe esta fundada sobre esta Roca, no hay viento que pueda hundirte.
Hoy es día de salvación y victoria para ti y tu familia, levanta esos ánimos y preséntate ante tu creador y decláralo tu Señor y Salvador.

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