ALAS DE TRIUNFO

Tú puedes hacer de cada día una batalla ganada, en la que seas vencedor de ti mismo, de tus debilidades y miedos, y así descubrir poco a poco tu propia verdad.

Tú puedes aprender a sonreír también ante los fracasos, pero no con la sonrisa de la ironía, sino con el lenguaje de la fe y esperanza, que no se rinde entre cada caída.

Tú puedes celebrar dentro de tu alma cada nuevo amanecer, pues la jornada que se inicia es una fiesta que tenemos en común con toda la creación de Dios.

Tú puedes alcanzar tu meta si a pesar de todas las lágrimas dejadas por el camino, sigues siempre adelante y descubres que nada ni nadie podrá destruirte.

¡Si crees, puedes llegar, a la cima más alta!