LECCIONES QUE DURAN TODA LA VIDA

Salmos 138:6 Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Más al altivo mira de lejos.

Salmos 19:12 ¿Quién puede discernir sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.

¿Sabes que está mal lo que has hecho, verdad?

Las palabras resonaron en la mente de Sarita al volver a casa de la escuela. Era una buena estudiante; nunca había copiado en su vida. Pero, esa última tarea había sido muy difícil. En un momento de desesperación, se la copió a una compañera.

La profesora, la señora Martínez, le había pedido que se quedara después de clase y Sarita sabía lo que se avecinaba. Aun así, se asombró cuando la señora Martínez le preguntó si, en realidad, ése era su trabajo.

Sí, les respondió, y se preguntó por qué había mentido.

Mirándola a los ojos, la señora Martínez, le dijo con suavidad: ¿Sabes que está mal lo que has hecho, verdad? Piensa esta noche en la respuesta y mañana te voy a volver a preguntar si ése es tu trabajo.

Fue una noche muy larga para Sarita. Estaba casi por terminar la secundaria, y se había ganado una buena reputación debido a su honestidad y amabilidad. Nunca había copiada ningún trabajo, y ahora quería arreglar su error mintiéndole deliberadamente a una persona a quien quería y admiraba. A la mañana siguiente se presentó ante la señora Martínez mucho antes que empezaran las clases y le confesó su mala acción. Recibió la apropiada consecuencia de su comportamiento: un cero por su trabajo, y por primera vez en su vida, el castigo de tener que quedarse después de la clase.

Años después, Sarita pensaba con frecuencia en esa experiencia y sentía gratitud por la corrección en amor de alguien a quien ella respetaba. La señor Martínez estuvo dispuesta a ayudarla a tomar decisiones correctas, a pesar de su deshonestidad. Para Sarita, ésa fue una lección que le duraría toda la vida acerca de cómo asumir responsabilidad por acciones deshonestas, y hacer lo correcto sin importarle las consecuencias.

Fuente: En el Jardín con Dios, Editorial Unilit

Es de sabios reconocer cuando nos hemos equivocado y es de humildes aceptar las consecuencias y aprender de ellas. En esta vida siempre vamos a cometer algún error, algún día, ya sea por descuido, por negligencia o por causas fuera de nuestro control; lo importante es saber reconocerlo, corregirlo y no repetirlo. Si has dañado a alguien, tómate el tiempo de buscar a esta persona y ponte a cuentas con ella, sin excusas, sin agresión, con humildad. Es así también como debemos llegar delante de Dios, sin excusas, sin agresión, con humildad y con agradecimiento, El no te rechazará.

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