Trate a todo el mundo con dignidad: Nunca use el sarcasmo. Jamás rebaje a nadie. SEa humano. Trate de ser muy humano en todo lo que hace y en todo piense. No se arrepentirá de serlo! Recuerde que su primer deseo debe ser alegrar la vida de los demás.

La felicitación es el más poderoso incentivo que usted puede dar a los demás. Y no cuesta casi nada.

Alabe a la gente. Siempre agrada la alabanza.

Dijo el Divino Maestro sobre la Ley de Oro del buen trato: "Tratad a los demás como vosotros deseáis que os traten a vosotros. Todo el bien que deseáis que os hagan los demás, hacédselo vosotros a ellos" (Mt 7,12).

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