Tenga cuidado para no harir los sentimientos de nadie. Nunca hacer que otros se sientan pequeños o desconcertados. Alabe siempre lo bueno que hacen los demás. La felicitaci162n es siempre el más grande incentivo que usted puede dar. Si tiene que corregir hágalo en privado, nunca en público, porque eso humilla, y ujsted no tiene derecho a rebajar a otro ni siquiera en un solo grado delante de los demás. Y después de corregir, vuelva a alabar por los aspectos buenos, y anime a ser mejor. Se lo agradecerán para siempre. La mayor parte de la gente que obra mal, lo hace más por debilidad que por maldad, más porque no se dieron cuenta de que aquello no debía hacerse así, que por voluntad expresad de hacer lo que no se debe hacer. Que de usted se pueda decir lo que de San Ricardo, rey de Inglaterra, comentan los que con él vivieron: "Ni síquiera al más humilde e ignorante de sus sirvientes le hizo jamás una corrección con palabras duras o humillantes"

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