Ya me cansé del fracaso; por eso, hoy tomo la decisión de extender las alas de mi esfuerzo y remontar el vuelo hasta las alturas del éxito.
Ya me cansé de la cobardía; por eso, hoy me visto con el traje de combate, empuño las armas que tengo a mi alcance, y me lanzo a combatir la adversidad.
Ya me cansé de soñar; por eso, hoy me levanto con optimismo, lleno mis pulmones con oxigeno triunfal y le doy inicio a una historia de luchas, segura de ganar.
Ya me cansé de la mediocridad, por eso, hoy abandono los hábitos perjudiciales que me mantienen en el suelo y me dedico a recorrer el sendero de la superación personal.
¡Fue necesario cansarme y desesperarme para realizar mi destino de grandeza!
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