Si Abraham Lincoln se hubiera amargado o acomplejado por vivir en la pobreza en la que creció, otro hubiera pasado a la historia como mejor presidente de los Estados Unidos.
Si Albert Einstein se hubiera considerado inútil cuando fue expulsado de la escuela por lento e incapaz de comprender, otro científico seria hoy el padre de la física moderna.
Si Ludwin Van Beethoven se hubiera deprimido y aislado cuando se quedó sordo, no hubiera podido ofrecer al mundo sus inmortales sinfonías.
Y, si tú te dejas vencer por el dolor de los tropiezos y fracasos de tu caminar, nunca llegará a realizar el destino de grandeza que Dios tiene señalado para ti.
¡Porque, sólo por la vía de la adversidad se llega al éxito!
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